jueves, 30 de septiembre de 2010

Breve historia de los cubiertos


Breve historia de los cubiertos.

Aunque “cubiertos” puede designar varias cosas, me refiero aquí a los cubiertos de mesa, que son tres utensilios individuales que sirven para que los comensales corten los alimentos y se los lleven a la boca, o sea, el tenedor, la cuchara y el cuchillo. Sin embargo, a pesar de que se utilizan ahora como compañeros inseparables, son muchos los siglos que separan la invención de estos tres objetos.
El más antiguo es el cuchillo, y es el instrumento más viejo hecho por el hombre. Los primeros fueron pedernales de corte afilado que requerían de una verdadera artesanía y técnica para hacerlos suficientemente fuertes para cortar las carnes más duras (incluso la de mamut). Más adelante se utilizaron los huesos, las conchas, maderas o piedras mejor trabajadas, más finas y cada vez más cortantes. Cuando se descubrieron los metales (cobre, bronce y hierro), los cuchillos se perfeccionaron en gran medida. Hacía finales del siglo XV aparecieron los cuchillos de mesa y posteriormente las afiladas navajas que se han perfeccionado hasta las que tenemos hoy en día. En la Edad Media los cuchillos de mesa eran puntiagudos, pero en el siglo XII, se redondeó su extremo porque la gente solía usarlos como mondadientes con el consiguiente peligro para la integridad de sus encías, además del espectáculo que esto ocasionaba.
En orden cronológico, lo que sigue es la cuchara (del latín cochlear-aris). Se han encontrado cucharas del Periodo neolítico hechas de barro, de cuerno y de hueso; de la Edad de bronce, hechas de metal y más tarde de madera. En Europa, la misma cuchara era compartida por varios comensales. Esta costumbre perduró hasta el siglo XVI, cuando en la corte del rey Enrique III de Francia se pusieron de moda los cuellos almidonados y la cuchara individual se hizo necesaria para no ensuciarlos.
En cuanto al tenedor, tardó siglos en ser aceptado a nuestras mesas. La costumbre de comer con los dedos perduró hasta bien entrado el Renacimiento. Era de uso común tomar la comida con las manos y luego limpiárselas en la ropa, en los manteles que cubrían las mesas o bien en el pelaje de los perros que rondaban alrededor de los comensales. El tenedor personal lo inventaron los bizantinos cuyas costumbres eran mucho más refinadas que las de los europeos. Cuando la princesa bizantina Teodora, hija del emperador Constantino Ducas, se casó con el dux Domenico Selvo introdujo el uso de este artefacto en la corte de Venecia en el siglo XI. Hay que reconocer que aquel instrumento no tuvo mucho éxito. Para empezar, gracias a la torpeza en el uso de la herramienta, conseguía causar heridas en la cara, boca y dientes, a tal punto que San Pedro Damián llegó a llamarlo “instrumentum diaboli”. Sin embargo su uso se empezó a expandir poco a poco por toda Europa tanto por refinamiento como por salud. En efecto en tiempo de la Peste Negra (que aniquiló a la tercera parte de la población europea), era necesario el uso de cubiertos individuales para evitar el contacto demasiado directo entre comensales.
En una futura edición entérese del uso, y rarezas de los palillos chinos.

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